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Bunkeres, campos de minas, posiciones de artillería, los nazis construyeron las fortificaciones más gigantescas de la historia durante la segunda guerra mundial. Estas fortificaciones perfectamente construidas en lugares estratégicos con el objetivo no sólo de frenar los avances de las tropas enemigas sino también para intimidar a los aliados son las líneas de defensa nazis, en algunas de las cuales se libraron las batallas más sangrientas de la segunda guerra mundial.